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EXPERIENCIA EN LA TIERRA DE MEZCLAS

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Os presentamos la experiencia de un voluntario que ha participado en un SVE del programa ERASMUS+ en Maputo, Mozambique.

Ha pasado un año ya desde que volví de Moçambique, y todavía me cuesta encontrar palabras para describir todo lo que me aporto mi Evs en Maputo. Es la capital y ciudad más grande de Moçambique. Un rincón situado en la orilla occidental de la bahía de Maputo, en el extremo sur del país. Próxima con la frontera con Sudáfrica y Suazilandia, cerca de la ciudad de Namaacha. Antigua colonia portuguesa y razón por la que su lengua oficial sea el portugués, aunque a su vez tengan una decena de dialectos dependiendo de la zona del país, como por ejemplo el Shangaan, dialecto practicado en mi ciudad de acogida.

No sé por dónde empezar, aunque las personas acaban viendo en ti más que en tus palabras. Dicen que África para cualquier voluntario significa un antes y un después en su vida. Aunque viajar a cualquier parte del mundo también tenga tal efecto. Pero África es África.

Es una tierra de mezclas. Desde lo más rudimentario a lo más sofisticado. Las religiones ancestrales con las modernas, la pura naturaleza con el asfalto de las ciudades, y muchas otras cosas… Todo ello tiene un golpe de efecto en nuestra mentalidad occidental. Es chocante todo lo que ves. En Mozambique me pasó eso. Estuve los primeros días en shock porque, aunque conociera en cierto modo la realidad tal y como es, no me esperaba que fuese tan impactante. Realmente el ser humano es algo asombroso, y es porque su capacidad de adaptación al medio le hace único.

Llegué a comprender que eso que les hace únicos es gracias a su instinto de supervivencia, o simplemente de vivir. Los occidentales en sus circunstancias imagino que estaríamos quejándonos, enfermos o ya muertos (exagerando un poco). Si no te preparas o no eres abierto, posiblemente es lo que te pase. Pero el moçambicano es un ser humano asombroso: luchador, fuerte y ama la vida, o simplemente vive la vida como es. Cada segundo, cada minuto, cada hora.

Ir allí es un reto para cualquier persona que quiera transformar su ser. También la forma de afrontar la muerte e incluso de apoyarse en ella. Es algo tan normal y cotidiano, que si no lo hicieran así, se desmoronarían. O más bien, nos desmoronaríamos. La verdad que cuando uno comienza a comprender la realidad que viven, uno se siente bien. Se siente cercano.

IMG_2620Llegó la hora. Volaba rumbo a Maputo, donde nos recibió generosamente Bony (coordinador de la asociación), a mi y otras dos voluntarias provenientes de Estonia. Esta asociación llamada Ajude se “encarga del desarrollo y atención ” de los voluntarios mientras duraba su estancia.

Tras una semana de training de bienvenida con las otras voluntarias  (Liis y Trinu), nos dirigimos a conocer a nuestras familias de acogida.

Aunque ocurrieron un par de infortunios con la primera familia, tuve la oportunidad de cambiarme de familia de acogida e irme con la familia de mi compañera, amiga y hermana Liis.
pilt1Convivimos en la casa de una familia que constaba de tres personas: María, Vanesa y Claudio. Vanesa nos ayudó mucho a adaptarnos y a conocer más aquella realidad llena de grandes contrastes y paradojas que convivían juntos. A los pocos días comenzamos con nuestros proyectos, cada voluntario teníamos asignado un lugar de trabajo, en mi caso fue Remar.

Es un centro para la ayuda, promoción y desarrollo de personas marginadas, dedicada desde 1982 a la lucha contra la injusticia, la adicción a la drogas, el hambre, la deficiencia nutricional, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo, el analfabetismo, el maltrato infantil, la falta de instrucción y las causas que lo provocan, el abandono, la violencia, la delincuencia… Trabajan ya en más de 70 países de la mano de la palabra de Dios (como institución religiosa) y el apoyo de miles de colaboradores voluntarios que dedican sus vidas al servicio de otros.

Así que me puse rápidamente las pilas con el portugués y en dos semanas ya estaba dando clases a los niños, o mas bien nos dimos clases los unos a los otros. Colaboraba en las funciones de limpieza y alimentación, dándoles de comer, aseándoles, jugando con ellos, haciendo las curativas, visitas a sus médicos… Siendo ésta, con el tiempo, una de las funciones que más se repitieron y me marcaron. También pasaba tiempo en la escuela y en el centro de los adultos compartiendo experiencias y actividades con ellos, con el mismo cariño e ilusión que con los canijos.

Hay que decir que la escuela no está muy desarrollada. Es obligatoria, pero el Estado apenas se ocupa de ella. Aunque a la vez era chocante ver que los colectivos más débiles como los ciegos, sordos y diversas discapacidades estaban siendo ya atendidas. Y viendo la joven “democracia” que es, es un gran paso. La sociedad moçambicana… va dando pasos poco a poco. Es comprensible en parte, porque la mayoría de las personas viven al límite. Y no tienen culturalmente la ayuda a los otros incluida en su norma social.

Bueno, si la tienen, pero sólo a aquellos que pertenezcan a su entorno o status. Es asombroso como todavía se dividen en su organización social. Luego a ello hay que unir la diversidad de credos. Tampoco puedo hablar de ello con datos ya que hablo desde mi criterio personal, pero no creo que se relacionen mucho los cristianos con los musulmanes, y con otras creencias.

A ello se une la corrupción de sus gobiernos con la venta del país a las potencias para explotar su riqueza. Y lo malo de dar entrada a occidente es que todos los vicios de allí son absorbidos por los jóvenes: dinero fácil, prostitución, drogas y alcohol. Eso no quiere decir que todos lo hagan. Por otro lado son muy trabajadores y se buscan la vida muy rápido. Aunque eso también conlleva el que abandonan la escuela pronto.

pilt2Es obligatorio hacer mención a la mujer moçambicana. Desde los comienzos fui fuertemente impresionado por ellas, por su fortaleza, su capacidad de lucha, su tesón, su vínculo maternal, pero sobre todo por sus ansias de aprender. Ellas levantan todos los días el país y nunca pierden la sonrisa. No puedo olvidarme de los voluntarios y amigos que fui haciendo, con los que he compartido todo. Gente tan diversa, que hizo de la  experiencia más increíble aún, viajando por el continente y el país, conociendo su cultura  y su sabor.

DSCN1200Quiero terminar agradeciendo a todos los que han participado y formado parte de este Evs. Todo lo que han hecho por mí, que me lo hayan puesto tan fácil, que me hayan adoptado como uno más y que me hayan regalado una experiencia así en mi vida. En especial a ti.

Un año después me sigo quedando con lo poco que cuesta sonreír, con lo mucho que puede llegar a transmitir un abrazo, que cualquier excusa sirve para ser feliz, lo frágil que puede llegar a ser la vida, y un largo etcétera. Creemos que venimos de un sitio mejor, más desarrollado y que tenemos mucho para enseñar, y no imaginamos lo errados que estamos.

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¡SAUDADES MAPUTO!

 

 

 

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