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EXPERIENCIA EN RUMANÍA

Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un Intercambio Juvenil en Rumanía. 

Nuestro intercambio en Rumanía comenzó el domingo 16 de octubre, cuando nos encontramos en el aeropuerto de Málaga, listos para embarcar a nuestra nueva aventura. img_20161021_125306

El intercambio empezó el día 19, pero  nosotros quisimos coger el vuelo un poco antes para estar unos días en Bucarest por nuestra cuenta y poder conocer la ciudad. En el vuelo de ida nos pusieron comida, cosa que no le ponían a casi nadie y nos hizo mucha ilusión. Al llegar a Bucarest llovía, y eso nos advirtió del tiempo que nos iba a hacer el resto del viaje, por lo que en esos días compramos más ropa de abrigo. Estuvimos casi 3 días haciendo turismo por la ciudad, andando de un lado para otro, disfrutando de la gastronomía rumana y conociéndonos mejor entre nosotros.

El día 19 llegamos a Busteni, un pueblo entre montañas que nos enamoró enseguida, ya que está rodeado de bosques (¡con osos!) y los árboles ya tenían los colores de otoño: amarillo, rojo, marrón,…

14859697_1207719582631573_4237125258777766627_oLa primera noche conocimos a la mayoría de nuestros compañeros,  éramos unas 45 personas de 8 países diferentes: Estonia, Letonia, Bulgaria, Polonia, Grecia, Italia, España y Rumanía. Además de 3 organizadores muy simpáticos y un perrito pequeño que siempre estaba por allí y nos enamoró a todos…

El proyecto se desarrolló en una pensión. En la sala de conferencias pasábamos muchas horas al día reunidos haciendo actividades de todo tipo sobre el tema del voluntariado: compusimos canciones, diseñamos carteles, grabamos sketches, hicimos teatro, construimos con distintos materiales,… todo esto siempre en grupos de todas las nacionalidades y teniendo que entendernos en inglés. Aprendimos muchísimo sobre Erasmus+ y el voluntariado en general, los programas de movilidad, las ventajas/desventajas del voluntariado, el perfecto voluntario,… las mañanas y tardes de taller estaban amenizadas por los Energizers, cada día a cargo de un país distinto, y los coffee breaks. Además, durante todo el proyecto jugamos al Secret Friend, el amigo invisible, teníamos que ir dejando regalitos a nuestro amigo y el último día nos descubrimos.

Pero no todo fue en la pensión. El segundo día nos repartimos en grupo y tuvimos que hacer distintas actividades (fotos, vídeos) por el pueblo, para conocerlo mejor. Y también hicimos senderismo por el bosque hasta llegar a la cascada de Busteni.14884640_1065963816855819_6619661820273151667_o

Los dos últimos días del intercambio los dedicamos a un torneo de debate: repartidos por equipos debatimos (en plan profesional) sobre distintos temas relacionados con el voluntariado y lo que habíamos estado trabajando. Fue una competición reñida en la que todos tuvimos que hablar en inglés, estructurar nuestros discursos, hacer intervenciones para “atacar” al rival,… y la final fue en el colegio del pueblo, a la que también asistieron alumnos. Fue una gran experiencia y un reto para algunos de nosotros, ¡que pudimos superar con éxito! Independientemente de los resultados, todos aprendimos de esta experiencia.

Y el último día de intercambio, como una especie de “recompensa” al trabajo duro, tuvimos un día de turismo: visitamos el castillo de Bran (“del conde Drácula”), fuimos a Sinaia al Castillo Peles (donde vivieron los últimos reyes rumanos) y a Brasov, una ciudad muy bonita con un casco antiguo al estilo medieval.

img_20161021_213412¡Y las noches! Lo peor del intercambio fue lo poco que dormimos, ya que queríamos aprovechar la experiencia al máximo, y después de todo el día haciendo actividades también queríamos aprovechar las noches… tuvimos varias Intercultural nights en las que cada país era presentado por otro (sketch, exposición, cuestionario,…) y después ofrecía comida y bebida típica, y algunos también bailes típicos. ¡Nuestro jamón y nuestra sangría volaron! En la noche rumana nos invitaron a una barbacoa al aire libre y nos enseñaron bailes típicos y música. Y el resto de noches salimos al pub o nos quedamos en la pensión, hablando, bailando, riéndonos, aprendiendo y simplemente disfrutando de nuestros amigos de países tan diferentes.

Eso ha sido lo que más nos ha llenado del intercambio: las amistades internacionales que hemos podido hacer y el sentimiento de unión que desarrollamos a pesar de ser personas tan diferentes. Después de un largo viaje de vuelta llegamos a Málaga un poco tristes de habernos separado, pero con la esperanza de que puedan venir a visitarnos o poder ir nosotros… ¡o encontrarnos de nuevo en el siguiente intercambio!

Y tu… ¿Cuándo?
Si quieres saber más de esta y otras acciones del programa Eramus Plus puedes visitarnos en el Área o escribirnos a info@intercambia.org.

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