Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un CURSO DE FORMACIÓN del programa ERASMUS+ en REPÚBLICA CHECA.
Desde el momento en que el equipo español aterrizó en Praga, la aventura comenzó. Los participantes fuimos recibidos con una cálida bienvenida y se dirigieron a un centro en las afueras de la ciudad, rodeado de un paisaje natural impresionante. Este entorno fue
perfecto para el tema del proyecto, ya que la naturaleza invitaba a la reflexión y al bienestar, además de incitar a realizar actividades en el exterior.
Durante el primer día, hubo una serie de actividades de integración que nos permitieron a los participantes conocernos. Fue emocionante para el equipo español descubrir la diversidad cultural y los diferentes enfoques hacia una vida saludable que tenían sus compañeros de Italia, Croacia, Polonia, Grecia, Turquía, Hungría, Bulgaria, Rumanía,
República Checa, Macedonia del Norte y Eslovaquia. Cada país aportaba su perspectiva única, enriqueciendo el aprendizaje colectivo.
El proyecto incluía una variedad de talleres y actividades prácticas. El ejercicio físico fue otro pilar fundamental del proyecto. El equipo español disfrutó especialmente de las caminatas matutinas y las sesiones al aire libre. Estas actividades no solo promovían la
actividad física, sino también la conexión con la naturaleza y la reducción del estrés.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto fue la oportunidad de establecer conexiones internacionales. Los participantes compartieron sus culturas y tradiciones,
creando un ambiente de respeto y aprendizaje mutuo. Las noches culturales fueron momentos inolvidables, donde cada grupo presentaba su música, danzas y gastronomía.
El equipo español quedó particularmente impresionado con la calidez y la apertura de todos los participantes. A lo largo del mes, se forjaron amistades duraderas y se crearon
redes de colaboración que, sin duda, perdurarán más allá del proyecto.
La experiencia de convivir con personas de 12 nacionalidades diferentes no solo enriqueció su conocimiento sobre la salud, sino que también les permitió comprender mejor las diversas formas de vida y pensamiento en Europa. La oportunidad de participar en un programa tan bien organizado y enriquecedor reafirma la importancia de los proyectos Erasmus en la construcción de una Europa unida y saludable. El equipo español regresa a casa con la convicción de implementar lo
aprendido y con el deseo de seguir promoviendo un estilo de vida saludable en su comunidad. Y tú… ¿Cuándo?
Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org
Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un CURSO DE FORMACIÓN del programa ERASMUS+ en REPÚBLICA CHECA.
Desde el momento en que el equipo español aterrizó en Praga, la aventura comenzó. Los participantes fuimos recibidos con una cálida bienvenida y se dirigieron a un centro en las afueras de la ciudad, rodeado de un paisaje natural impresionante. Este entorno fue
perfecto para el tema del proyecto, ya que la naturaleza invitaba a la reflexión y al bienestar, además de incitar a realizar actividades en el exterior.
Durante el primer día, hubo una serie de actividades de integración que nos permitieron a los participantes conocernos. Fue emocionante para el equipo español descubrir la diversidad cultural y los diferentes enfoques hacia una vida saludable que tenían sus compañeros de Italia, Croacia, Polonia, Grecia, Turquía, Hungría, Bulgaria, Rumanía,
República Checa, Macedonia del Norte y Eslovaquia. Cada país aportaba su perspectiva única, enriqueciendo el aprendizaje colectivo.
El proyecto incluía una variedad de talleres y actividades prácticas. El ejercicio físico fue otro pilar fundamental del proyecto. El equipo español disfrutó especialmente de las caminatas matutinas y las sesiones al aire libre. Estas actividades no solo promovían la
actividad física, sino también la conexión con la naturaleza y la reducción del estrés.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto fue la oportunidad de establecer conexiones internacionales. Los participantes compartieron sus culturas y tradiciones,
creando un ambiente de respeto y aprendizaje mutuo. Las noches culturales fueron momentos inolvidables, donde cada grupo presentaba su música, danzas y gastronomía.
El equipo español quedó particularmente impresionado con la calidez y la apertura de todos los participantes. A lo largo del mes, se forjaron amistades duraderas y se crearon
redes de colaboración que, sin duda, perdurarán más allá del proyecto.
La experiencia de convivir con personas de 12 nacionalidades diferentes no solo enriqueció su conocimiento sobre la salud, sino que también les permitió comprender mejor las diversas formas de vida y pensamiento en Europa. La oportunidad de participar en un programa tan bien organizado y enriquecedor reafirma la importancia de los proyectos Erasmus en la construcción de una Europa unida y saludable. El equipo español regresa a casa con la convicción de implementar lo
aprendido y con el deseo de seguir promoviendo un estilo de vida saludable en su comunidad. Y tú… ¿Cuándo?
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