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EXPERIENCIA CURSO DE FORMACIÓN EN RODAS!

De Málaga a Rodas… (pasando por Londres)

Γεια σας

Somos 5 jóvenes de Málaga (Rosa, Irene, Catherine, Zaida y Javi) y hemos participado en un curso de formación en la preciosa isla de Rodas, a orillas del mar Egeo, sobre medio ambiente y cooperación entre países del Mediterráneo y del Báltico. Una semana maravillosa que difícilmente podamos olvidar.

Antes de llegar a Grecia los preparativos fueron algo caóticos; ninguno de nosotros era consciente de la magnitud del proyecto hasta que llegamos allí.

RODASEl viaje de ida se hizo muy ameno, todo el tiempo cantando y contando batallitas. Además teníamos a nuestro amigo “Antequeris”, un paquete de piquitos de pan que compramos para la noche intercultural y que no le cabía a nadie en la maleta, por lo que estuvo todo el camino viajando de mano en mano y rodando por los suelos de todos los aeropuertos como si de un compi más se tratase.

Cuando llegamos a Rodas el tiempo era fabuloso, y, aunque no nos enteramos muy bien de quienes eran nuestros compañeros del proyecto ni de que veníamos a hacer, fue fácil adaptarse desde el primer momento, pues nos llevaron de bares y nos invitaron a toda clase de cosas, como por ejemplo, mastiha y ouzo. La hospitalidad griega es increíble; esa noche incluso bailamos el sirtaki, un baile muy típico en Grecia y popularizado por la película “Zorba el griego”.

Al despertar a la mañana siguiente estábamos felices y llenos de energía para comenzar el curso. Empezamos haciendo unos juegos de presentaciones. Desde el primer momento nos sorprendió la edad de los participantes (teniendo en cuenta que pensábamos que íbamos a un proyecto juvenil) y su buen nivel de inglés. Sin embargo, algunos de los integrantes del “Spanish Team” ni siquiera se atrevían a empezar a hablar inglés y, con mucho garbo y salero soltaban frases en español sin darse ni cuenta que era castellano lo que hablaban.

RODASA medida que pasaba la mañana nos íbamos dando cuenta que la mayoría de las personas que había allí era gente muy experimentada. También nos dimos cuenta de que el curso no trataba tanto de aprender si no de compartir ideas, y, nosotros, por desgracia, no teníamos el nivel suficiente en torno al tema como para aportar mucho a los demás equipos. Sin embargo, hacíamos lo que podíamos por mostrar todo lo mejor de nosotros y aportar lo que sabíamos al grupo.

Todas las noches eran una fiesta y el sueño hacía mella poco a poco en nuestro cuerpo. Todas las noches nos prometíamos que no saldríamos esta vez, pero esa decisión es imposible con los griegos, ellos siempre tenían un buen plan para nosotros y ya estábamos avisados que no dejarse agasajar para ellos es una ofensa. Por lo que nos resignamos a disfrutar de una juerga detrás de otra. 

Por la mañana a las ocho y media estábamos de nuevo en pie como los campeones que somos (unos más que otros) para ir a lo que nosotros 

Algunos días también hicimos pequeñas excursiones, algunas más interesantes y otras menos. En una ocasión fuimos a un hotel que disponía de la acreditación “green key”, lo que indica que cumple una serie de requisitos de respeto con el medio ambiente; el mayor atractivo de este hotel fue un gato al que apodamos Garfield, pues era igual que el protagonista de la serie. También fuimos al mini-acuario de Rodas, pero ver especies marinas encerradas en peceras para exponer al público no era muy de nuestro agrado, o nuestra excursión ideal, por decirlo de alguna forma.llamábamos “la cueva”, que era la sala de conferencias del hotel, apodada así por estar completamente desprovista de ventanas. Día a día éramos partícipes de charlas, debates y realizábamos aportaciones, siempre con el tema del medio ambiente de fondo y cómo colaborar entre todos para cuidar a éste.

RODAS DIGITAL CAMERAEntre tanto, llegó la noche intercultural. Una bonita experiencia en la que todos los participantes intentamos ofrecer un poco de nuestro país mediante vídeos, canciones, bailes y comida típica.

Nuestra aportación fue con un poco de sangría, que duró un suspiro, y con distintos tipos de embutidos, queso y jamón serrano, por supuesto. En un primer momento pensamos en realizar una tortilla de patatas o un gazpacho, pero no pudimos contar con los medios y el tiempo suficiente.

También probamos el vodka de Estonia, delicias turcas, queso típico lituano, un vino típico ceremonial chipriota, etc. Pero lo importante es que fue una noche de compartir y acercar “lo nuestro” a otros rincones del mundo, y que disfrutamos mucho como todos los días, tardes y noches que hemos pasado en esta isla.

En definitiva ha sido una experiencia increíble en la que hemos fraguado una amistad con países como Turquía, Grecia, Chipre, Italia, Lituania, Estonia y una hermandad entre nosotros, a pesar de ser casi todos desconocidos.

La sensación que teníamos todos durante el viaje de vuelta era de tristeza por tener que abandonar tan pronto un sitio que nos lo ha dado todo sin pedir nada a cambio. Y eso incluye las playas cristalinas, dónde tuvimos la oportunidad de darnos un baño, la hospitalidad de la gente en todas partes, los gatos y aventuras por el casco antiguo, la preciosa arquitectura, el maravilloso intercambio cultural y lingüístico (incluso decíamos a veces que estábamos un poco “lost in translation” entre tantos idiomas diferentes) y la sensación de absoluta felicidad.

RODAS

la Isla de Rodas, Grecia 24-30 de Octubre 2013

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