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EXPERIENCIA CURSO DE FORMACIÓN ESLOVAQUIA

Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un CURSO DE FORMACIÓN del programa ERASMUS+ en ESLOVAQUIA.

El curso de Yoga que llevamos a cabo en Eslovaquia fue una experiencia totalmente inspiradora que nos ha invitado a conocernos mejor a nosotras mismas y a conectar con los demás por medio de la vulnerabilidad. Los comienzos no siempre son fáciles, ya que entrar en un ambiente nuevo con gente desconocida puede ser algo abrumador. Sin embargo, gracias a las actividades de presentaciones y toma de contacto se rompió el hielo bastante rápido. Empezamos a adentrarnos en el tema de la formación

recordando cuál fue nuestra motivación para inscribirnos, y escuchando a los demás nos íbamos familiarizando con el grupo. Tras ese primer día de nerviosismo, pasamos al verdadero programa, donde comenzamos con las prácticas de yoga y meditación. Cursábamos dos tipos de yoga: el Ashtanga y el Yin Yoga. El primero era mucho más exigente, requería alta concentración y fuerza al realizar los saludos al sol (llamados Surya Namaskar A y B). Por lo contrario, el Yin Yoga lo realizábamos al final del día por ser mucho más relajante. Se basaba en estiramientos mantenidos durante varios minutos. Era una práctica individual, pero con sentido de unidad al estar físicamente en el mismo espacio guiados por los profesores. La meditación estaba siempre presente también. Por lo general eran meditaciones guiadas, por ejemplo imaginándonos un río que simbolizaba el cauce de nuestra vida o ejercicios para luchar contra nuestros demonios interiores. El hostal estaba rodeado de árboles, pájaros y otros sonidos provenientes de la naturaleza que invitaban a la reflexión. Al final la mitad de la programación incluía un pequeño momento de meditación e introspección. No todos ellos eran con uno mismo, al terminar el día teníamos los “Grupos de Reflexión”. Estos constaban de cinco o seis personas reunidas para comentar los aprendizajes de cada jornada. Existían otras actividades físicamente más liberadoras. Una de ellas fue una
meditación de una hora dividida en secciones de quince minutos que implicaba agitar el cuerpo y dejarse llevar con la música. En la misma onda también hicimos “Baile Intuitivo”, es decir, bailar según el cuerpo lo sienta con diferentes géneros musicales. Uno debe olvidarse del entorno, dejar a un lado los miedos y los juicios para que los propósitos de estos ejercicios se alcancen plenamente. Asimismo, jugamos al “Playfight”, una lucha consentida y gentil con un toque de picardía. A veces llegabas a sentir cómo salía tu niña interior, inocente y exploradora. Posiblemente una de las experiencias más complicadas del curso haya sido el “Día del Silencio”. Literalmente constaba de eso: mantenerse en silencio durante veinticuatro horas, sin contactar tampoco con los dispositivos electrónicos. Cada uno se adaptaba a las capacidades y desafíos que se veía capaz de cumplir. Durante la semana entera, los monitores insistieron en que la participación era voluntaria, los límites los poníamos nosotros. Esto facilitó mucho la adaptación al silencio. Independientemente del grado de cumplimiento, las conclusiones eran poderosas y muy diversas. Desde la completa tranquilidad hasta la incomodidad más absoluta. Fue un viaje individual complejo. No solo lo que estaba programado nos permitía conectar como grupo. Mayormente era en los ratos libres y en la mesa del comedor cuando estrechábamos lazos. Preguntarnos sobre nuestra vida personal, o simplemente tocar música y jugar a las cartas, todo nos acercaba un poquito más. Aunque por excelencia una de las actividades favoritas fueron las hogueras a cielo abierto. Cantando y escuchando el fuego mientras quemábamos papeles con nuestros demonios escritos. La experiencia en todo su conjunto ha sido muy positiva y enriquecedora. Gran parte de ello se ha debido al organizador y a los monitores del proyecto. Ellos crearon un ambiente seguro en el que se podía ser vulnerable y los prejuicios quedaban a un lado. Sin duda recomendamos el curso a cualquier persona que le dé curiosidad y que quiera adentrarse en el mundo del yoga y la meditación.

Y tú… ¿Cuándo?

Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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