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EXPERIENCIA CURSO DE FORMACIÓN POLONIA

Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un  CURSO DE FORMACIÓN  del programa ERASMUS+ en Polonia.

Hace unas semanas, tuve la suerte de participar en un curso de formación sobre estereotipos en Zakopane (Polonia). Desde un primer momento, lo que me llamó la atención de este proyecto era la posibilidad de visitar un lugar nuevo y conocer a gente joven. Tenía conocidos que habían participado en experiencias similares, por lo que me lancé a la aventura y… ¡La experiencia superó mis expectativas con creces!


Por las fechas del vuelo, pude pasar un día en Cracovia antes de empezar el curso, lo que nos dio la oportunidad a los que veníamos desde Málaga de conocernos entre nosotros un poco más y conocer la ciudad. También pudimos probar algunos platos típicos polacos, como los Pierogis. Una vez que llegamos a Zakopane, nos dirigimos hacia el sitio donde nos íbamos a alojar los siguientes días. Zakopane es una ciudad pequeña muy turística, famosa por sus estaciones de esquí. En realidad, su gran atractivo son los parajes naturales. Desde las ventanas y terrazas de la villa, se podían ver unas vistas impresionantes.


En este proyecto participaron jóvenes de Grecia, Rumanía, Italia, Portugal, Albania, Macedonia del norte y Polonia. En total, éramos unas 30 personas. Aunque al principio estábamos un poco nerviosos, todos iban con ganas de conocer gente y pasarlo bien, al igual que nosotros. La primera noche estuvimos jugando a las cartas, al ping-pong y al billar con completos desconocidos que, para cuando llegó el final del intercambio, parecía que llevábamos conociendo años.


El primer día por la mañana, los trainers organizaron un montón de actividades pensadas para aprendernos nuestros nombres y conocernos entre nosotros un poco. La verdad es que fue muy divertido, y ayudó a romper el hielo. Nos sorprendió lo atenta que fue la asociación polaca con nosotros, y lo bien que tenían organizado todo. Se notaba que tenían experiencia organizando cursos de formación e intercambios de este tipo. Por otro lado, fue muy enriquecedor que en el grupo había bastante diversidad, lo que hizo que pudiéramos aprender todos mucho y conocer otros puntos de vista en los debates que se establecían.

A lo largo de los días, íbamos haciendo talleres de distinta temática: comunicación, resolución de conflictos, educación… con el fin último de aprender a planificar e impartir nuestro propio taller. Los últimos días, estuvimos en grupos de tres personas organizando un taller, que el último día impartimos al resto de participantes. Yo hice el mío sobre establecer límites, junto con una chica griega y una portuguesa (Sofía y Carolina).
Por las noches, solíamos hacer fiestas en una cabaña que tenían habilitada para ello, para así no hacer demasiado ruido y que los participantes que quisieran descansar en sus habitaciones pudieran hacerlo. Cada noche un país era el encargado de organizar la fiesta, con su música y sus juegos típicos. ¡Algunos participantes incluso trajeron comida o bebida típica de su país! El equipo de Rumanía, por ejemplo, organizó una cata de vino.


Otra noche que recuerdo con especial cariño, es cuando la asociación organizó una barbacoa para nosotros. Lo pasamos muy bien, prepararon muchísima comida típica y encendieron el fuego para nosotros. Después de cenar, nos quedamos alrededor del fuego, viendo las estrellas mientras algunos tocaban la guitarra y cantaban, ambientando la noche.


Esta fue la primera experiencia Erasmus+ para mí, y sin duda repetiré en un futuro. Lo pasé muy bien, aprendí mucho e hice amistades que, aunque vivan en otros países, sé que mantendré muchos años. Recomendaría a cualquier persona que sienta curiosidad por este tipo de experiencias que se lance a hacer un intercambio, ¡No se arrepentirá!

Y tú… ¿Cuándo? 


Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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