EXPERIENCIA DE SVE EN TURQUIA

Os acercamos la experiencia de Raquel que se fue con Pedro en Turquia para hacer un voluntariado durante 2 meses ¿Y tu…? Cuando?

Me fui Turquía sin saber muy bien lo que me esperaba.  Kazanli (Mersin) era mi nuevo destino, donde me encontraría con otros sietes jóvenes más de diferentes países, a los cuales no conocía. Tras un largo viaje llegue a Kazanli, donde me encontré con Yusuf, nuestro mentor, con una furgoneta decorada con fotos de tortugas; dentro estaba una de mis nuevas compañeras, Admira. Juntas llegamos a lo que fue nuestra casa durante dos meses y ambas nos sorprendimos un poco por la suciedad y la dejadez de la vecindad.

Vivíamos en dos pisos separados, uno al lado del otro. En uno solo había habitaciones, y en el otro una habitación y resto de comodidades: cocina, salón… Éramos cuatro chicas y cuatro chicos, y aunque yo no sabía en un principio nada de inglés, para mí no fue un impedimento, ya que desde el principio conectamos todos muy bien, excepto dos chicas húngaras.

Nuestro proyecto tenía como principal objetivo salvar a las tortugas marinas que están en peligro de extinción. Durante las noches caminábamos por la playa en busca de tortugas.  Cada uno tenía una linterna y cuando encontrábamos una tortuga o un nido, todos nos poníamos en fila y las intentábamos guiar hasta la orilla, ya que debido a las luces de la ciudad muchas se desorientaban y no llegaban.  Todos nos emocionábamos muchísimos cada vez que encontrábamos alguna. El último día fuimos todos a visitar el hospital de tortugas marinas; era un lugar precioso, cerrado, frente a la playa y rodeado con árboles, donde había una pequeña cabaña en la que había un grupo de veterinarios que se dedicaban al cuidado de las tortugas heridas o enfermas.

Nuestro segundo objetivo era limpiar la playa de Kazanli,  en un principio se hacía un poco duro debido a la humedad y el calor que hacía, pero era bastante necesario, ya que la gente parecía utilizar las playas como vertedero. Fue una gran satisfacción ver como día a día las playas parecían un poco más limpias gracias a nosotros.

Durante la semana también teníamos clases de turco, lunes y miércoles, impartidas por nuestro tutor Seyhan, y aunque el idioma es muy difícil, me gustó muchísimo. Cada día que teníamos una clase aprendíamos palabras nuevas que nos eran muy útiles para nuestro día a día.

Los fines de semanas los teníamos libres, y todos aprovechábamos para visitar la ciudad o viajar. Algo que aconsejo a todo el que pueda, ya que visitando el país pude conocer y aprender mucho sobre la cultura.

Finalmente durante las dos últimas semanas,  la temporada de las tortugas había finalizado, y comenzamos con un nuevo proyecto, en el que tuvimos que asistir a un colegio y hacer dinámica medioambiental con ellos. Fue muy divertido, y aunque ellos no sabían inglés, contábamos con la ayuda de su profesora.