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EXPERIENCIA DE VOLUNTARIADO EN RUMANIA

Os presentamos la experiencia de María que han participado en un CES del programa ERASMUS+ en Rumania

Me llamo María, soy de Málaga y este año participé en un proyecto de corta duración del Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES) en Rumanía. Mi proyecto se desarrolló en el centro Scout internacional de Nocrich. Nocrich es un pueblo de Transilvania, rodeado de bosques (los cuales albergan la mayor población de osos de Europa) y al pie de las montañas Fagaras, de las más bonitas de los Cárpatos rumanos.

En Nocrich, un pueblo fundado por sajones, conviven rumanos y tres etnias gitanas distintas, por lo que su patrimonio histórico y cultural es muy interesante. Los lugareños son muy acogedores y están más que dispuestos a dar a conocer sus costumbres, como las barbacoas al aire libre, la música y los bailes tradicionales. 

Al principio no es tan sencillo acostumbrarse al nuevo ambiente; tienes la barrera del idioma, no conoces las normas sociales del lugar y tu rutina cambia completamente. Pero no hay que preocuparse, ya que los proyectos del CES están diseñados para que la asociación de acogida te ayude con todo esto. En mi caso, el centro Scout nos proporcionaba clases de rumano y nos daba charlas de formación, desde cómo desarrollar las actividades y cómo funciona el centro, a primeros auxilios y cómo no ser atacado por un perro ovejero o un oso. 

Mi tarea principal en el centro Scout era preparar actividades para los niños del pueblo acerca del consumo responsable y la protección de la biodiversidad; por ejemplo, talleres de reciclado, de cocina sostenible y de la importancia de las abejas para los ecosistemas. Esto era un reto porque los niños no hablaban inglés, no estaban acostumbrados a tener disciplina y en su entorno la protección del medio ambiente no era un tema de interés.

Por esto teníamos que poner toda nuestra creatividad en crear materiales y juegos que les animaran a participar. Tras unas semanas, los niños se acostumbraron a tenernos allí, nos cogieron cariño e incluso visitaban el centro otros días de la semana para jugar con nosotros. Es cierto que también había mal comportamiento, rabietas y peleas. Gracias a estos momentos difíciles aprendimos más acerca del contexto de los niños, de cómo trabajar mejor como equipo y cómo dirigir mejor las actividades.  

Además de los talleres con los niños, manteníamos el centro Scout limpio y ordenado, dábamos cuerda al reloj de la iglesia evangélica y dábamos tours a los turistas, hacíamos piezas de cerámica en el taller del centro (principalmente decoración) y participábamos en varias actividades de voluntariado en pueblos cercanos, como talleres de restauración de construcciones históricas en Hosman o cuidado de animales en la protectora de Tichindeal. 

En nuestro tiempo libre íbamos a Sibiu, la ciudad más cercana, hacíamos senderismo en Paltinis, nos íbamos en bici a ver otros pueblos del valle, organizábamos un karaoke o jugábamos a juegos de mesa. También visitamos otro centro Scout en el parque natural de Cioclovina, repleto de cuevas y cascadas. Los más atrevidos hacían autostop hasta Brasov o incluso Bucarest. 

Mi proyecto de voluntariado del CES ha sido una experiencia única. He conocido a gente fantástica de seis países distintos, he tenido la oportunidad de trabajar con un equipo internacional, desarrollar mis propios proyectos y convertirme en una persona más independiente y segura de sí misma. 

Y tú… ¿Cuándo? 


Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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