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EXPERIENCIA EN CHIPRE

Os presentamos la experiencia de Andrea que ha participado en un CES del programa ERASMUS+ en CHIPRE.

Venirme a Chipre a hacer un voluntariado ha sido probablemente la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Llevaba un tiempo queriendo participar en una
experiencia internacional porque por diversas razones no pude hacer un Erasmus durante la carrera, y cuando descubrí el CES supe que tenía que hacerlo.
En mi caso es cierto que no fue fácil conseguir un proyecto, de hecho, estuve apunto de dejar esa idea de lado y seguir con mi vida.

Pero un día me llegó un correo de la web de CES diciendo que la organización YEU estaba buscando voluntarios para un proyecto llamado “Cap the Gap”.

Mis intereses y valores coincidían perfectamente con este proyecto, que lo que buscaba era potenciar y dar voz a la figura de la mujer, los jóvenes y las minorías sociales en la vida política y social chipriota. Así que probé suerte una vez más y menos de 3 semanas después me vi en una isla de la que apenas sabía nada. El principio de la experiencia fue bastante intenso.

Entre el choque cultural, la primera vez viviendo sola en el extranjero y el hecho de estar en un país con la capital dividida no ayudaron a que el comienzo fuese precisamente tranquilo. Pero por suerte mis compañeras sí que lo hicieron. A pesar de que ellas llevaban apenas 1 mes más que yo aquí, se dedicaron durante los primeros días a explicarme todo aquello que habían aprendido de la sociedad chipriota, a animarme a crear mi
propio proyecto y a presentarme a el resto de voluntarios e internacionales que conocían.

Durante estos 10 meses en Chipre he hecho mil cosas más de las que me imaginaba: he visitado prácticamente toda la isla, he descubierto que me encanta acampar, he visitado innumerables yacimientos arqueológicos e infinidad de playas. He participado en un Youth Exchange como organizadora y he desarrollado mis propios proyectos, como los Safe Points (puntos violetas en fiestas y festivales) y Medusa 2.0 (unas jornadas sobre abuso sexual en las que incluso moderé la mesa redonda con dos de las mujeres que han trabajado en la legislación chipriota al respecto).

También he viajado fuera de la isla a sitios que desde España cuesta literalmente un riñón, como Jordania o Atenas, quedándome con la gran pena, eso
sí, de no haber ido al Líbano. Y, lo más importante, he hecho muchos amigos de mil nacionalidades distintas, los cuales me han ayudado en mayor o menor medida a crecer un poquito más como persona al enseñarme una pizca de su cultura, ya
fuese en el día a día tomando una cervecita en Hoi Polloi o en una de las tantas noches interculturales que nosotros mismos organizábamos.
Visto así parece que no he hecho tanto con mi organización, y en el fondo es cierto.
Pero igualmente durante este voluntariado he aprendido muchísimo y todo gracias a encontrarme en un ambiente internacional completamente nuevo para mí.

Si estás considerando solicitar un proyecto, no lo dudes ni un segundo más y hazlo. Te
prometo que no te arrepentirás. Y puede que esto te cambie la vida, quién sabe. A mí desde luego que me la cambió en el momento en el que un francés al que apenas conocía me presentó a Javi, mi pareja, simplemente por el hecho de ser los dos españoles. Y eso fue el tercer día de estar aquí

Y tú… ¿Cuándo? 


Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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