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EXPERIENCIA EN CHIPRE

Os presentamos la experiencia de un voluntario que ha participado en un SVE del programa ERASMUS+ en CHIPRE.

Como todo voluntario, nuestro primera toma de 13055703_10207010991178082_3592538640132400255_ocontacto fue en la reunión, donde conocí a mis dos compañeros que me acompañarían a mi aventura Chipiotra (una de ellas se pensaba que eran 6 meses, su cara cuando se enteró de que sólo eran 5 semanas). Nunca me cansaré de decir esto y fue que mi primera impresión con mis 2 compañeros fue un poco no tan positiva. Me preguntaba si podría llevarme bien con ellos, ya que se veían muy diferentes a mi (una «hippie» a su rollo y un Sevillano a su bola). Quién iba a pensar que los iba a querer tanto! Compramos los vuelos con una extraña combinación para llegar finalmente a Chipre. Sin embargo, dos días antes nos cancelaron los vuelos y tuvimos que cambiar todo.

Los transbordos (que aprovechamos para «visitar» el país) nos unieron mucho. Y, tras muchas horas, casi 24 después de salir, llegamos a nuestro país de destino, Chipre.  Ya sólo faltaba esperar 1 hora, tomar 1 bus con transbordos, esperar casi 2 horas, otro bus, otras 2 horas de espera, otro bus y, finalmente por la noche, llegamos! El pueblo estaba habitado por 120 personas! Toda naturaleza.

Los primeros días fueron introductorios, juegos, para coger confianza y conocernos mejor. Días más tarde empezamos con el trabajo, el cual era de campo. Preparar tierras, recoger piedras, hacer los caminos, plantar, regar( a día de hoy, cada vez que veo un campo, me entran ganas de sacarle partido y prepararlo yo mismo). También creamos la publicidad de un sendero, por lo que tuvimos que recorrerlo (7 horas andando!) y mirar los puntos importantes, fotografiarlos, etc. Así pudimos hacer el folleto como las flechas orientativas (con su pulido, pintura, barnizado..)

Viviendo 24 horas juntos y estando siempre juntos, crea lazos. No obstante, esos lazos fueron más bien dado por los españoles, que éramos el grupo más unido de los voluntarios (Paula dándonos abrazos a todas horas, después de 1 semana ya me dejaba y a veces hasta los necesitaba!). Lo bueno de todo, era que Paula se llevaba mejor con los Portugueses, Julio con los Eslovenos y yo con los Italianos, así siempre estábamos el grupo en contacto.

Los días de descanso los aprovechamos para viajar a la capital, donde estaban otros EVS y nos enseñaron la ciudad. También fuimos a la playa, que la necesitábamos!

Referente al pueblo en el que estábamos, decir que las personas son muy educadas y simpáticas. Siempre te saludaban, ya sean niños o personas mayores. Pasábamos mayor parte del tiempo en una tienda/café, la cual la dueña nos mimaba y la cogimos muchísimo carió (la tenemos en face!).  Nuestro vecino siempre nos otorgaba pomelos! Aquí hay muchas verdura, y muchas naranjas! He tomado más zumos naturales en 5 semanas que en toda mi vida!

Locuras que hicimos y que en Chipre es lo más normal del mundo: autostop. Apenas había buses, por lo que tuvimos que depender de eso.

Sobre nuestro coordinador, Yanis, sólo puedo decir cosas buenas de él. Desde el primer día atento a nosotros, nos facilitaba lo que le pedíamos, y siempre estaba sonriendo!

Resumiendo: Una experiencia que se tiene que vivir al menos 1 vez en la vida. No todo será bueno en su momento, ya que el estrés de estar 24 horas con gente, compartiendo todo, sin privacidad…puede cansar. Pero cuando finalices el proyecto, te darás cuenta que lo echas de menos!

Gracias INTERCAMBIA por dejarme vivir esta oportunidad!

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Si quieres saber más de esta y otras acciones del programa Eramus Plus puedes visitarnos en el Área o escribirnos a info@intercambia.org.

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