EXPERIENCIA EN CRACOVIA

Os acercamos la experiencia de un grupo en un intercambio en Polonia ¿Y tu…? Cuando?

Un grupo de diez jóvenes malagueños se embarcaron con la ayuda de Intercambia en un viaje a Cracovia desde el 18 al 27 de septiembre. Y aquí estamos después de haber vivido esta aventura compartiéndola con vosotros.

Esta experiencia nos permitió conocer dos ciudades. El primer día que llegamos estuvimos algo perdidos, hasta que Adam, uno de los monitores del proyecto, nos encontró, y junto a él hicimos una pequeña ruta turística hasta el hostal donde nos alojabamos ese día. La ciudad de Cracovia, preciosa, con un montón de rincones y calles, con un ambiente diferente al que podía haber vivido cualquiera de nosotros. En definitiva, una lugar con muchas historias y leyendas.

Al día siguiente fuimos a Poronin, donde hicimos las presentaciones con todos los chicos y chicas de Polonia y Rep. Checa. Además, esa misma tarde empezamos las actividades culturales, las cuales realizamos todos los días durante el tiempo que duró el proyecto.

Si de algún modo se puede describir el lugar donde se celebró el intercambio, sería con una sola palabra, verde, que era el color que se encontraba en los cuatro puntos cardinales. Poronin era el pueblo donde nos alojábamos, y allí se encontraba, Willa Austryjok, albergue en el que estuvimos durante el intercambio, donde se organizaron los talleres y fiestas culturales, un sitio acogedor en el que tres plantas de habitaciones estaban llenas de participantes.

En el transcurso del intercambio nos integramos y enriquecimos de la cultura polaca de una forma efectiva y cercana gracias a la paciencia y ganas de enseñar de los organizadores del proyecto. Pero obviamente no sólo aprendimos de ellos, sino también de los otros grupos que venían con nosotros. Es decir, que este programa nos ha brindado la oportunidad de conocer gente de otras nacionalidades y quizás lo más importante, a comunicarnos, ya que para la mayoría el idioma era un pequeño problema, entonces utilizamos otras formas para entendernos.

Hablando del choque de culturas, aprendimos a compenetrarnos en un entorno de compañerismo, sociabilización y motivación. Al principio nos costó un poco más ya que había diferencia de edad, pero luego vimos que realmente no era problema. Conseguimos conectar con todos los participantes del proyecto, porque aunque de primeras parecían un poco tímidos, a medida que avanzaba el intercambio, ganábamos confianza.

En cuanto a la gastronomía, encontramos la comida muy diferente a la nuestra, y podría decirse que fue el aspecto en el que más nos costó integrarnos, además de los horarios de las mismas. Abundaban las sopas, la remolacha, las patatas cocidas y el té. Un plato típico que probamos fueron los “pieroggis” de carne y queso, los cuales estaban buenísimos.

El principal objetivo del proyecto era facilitarnos una formación acerca de alternativas que hagan nuestra vida más saludable, así como concienciarnos sobre problemas globales de actualidad como son el medio ambiente y la salud. Para ello realizamos diversos talleres y actividades, la mayor parte de ellos en grupo, en los que teníamos que aportar nuestra participación, ya fuese a través de juegos, exposiciones, fiestas culturales, etc. Incluso actividades para conocernos a nosotros mismos y nuestras características psicológicas personales, las cuales nos definen en el futuro laboral. También actividades físicas para animarnos, divertirnos y al mismo tiempo conocernos y relacionarnos entre todos. Algunas de las actividades que más nos gustaron fueron la excursión al bosque, la visita a un pueblo llamado Zakopane y a su escuela de arte, y también, un día en el que hicimos senderismo en una gran Reserva Natural de la zona.

En resumen, ha sido una experiencia inolvidable e irrepetible, cargada de momentos que nos han enseñado cosas que nunca podríamos haber imaginado.