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EXPERIENCIA EN ESLOVAQUIA

Os presentamos la experiencia de los jóvenes que han participado en un CURSO DE FORMACIÓN del programa Erasmus+ en en ESLOVAQUIA.

DOLNY KUBIN

El pasado 6 de octubre el equipo español compuesto por Raul, Daniel y Nieves, llegamos  a Bratislava donde nos quedamos un par de días visitando la ciudad, conociendo sus calles y restaurantes, y  aprendiendo de su cultura.

En Bratislava pasamos dos noches, pasados esos dos días emprendimos rumbo a la ciudad del proyecto llamada Dolny Kubin el 8 de octubre.

Llegamos a Dolny Kubin desde Bratislava en tren. Al bajarnos en la estación subimos a la pensión donde nos alojábamos en taxi.

Ya dentro de la pensión fueron llegando colegas de distintos países, Grecia, Italia, Eslovaquia, Hungría, Rumania,  etc.

Más tarde tuvimos que rellenar algunos papeles con nuestros datos, nos dieron las llaves de la habitación y comimos una sopa muy muy picante.

También conocimos a los organizadores del evento, quienes nos explicaban como iban a funcionar los días que estaban por llegar en Dolny Kubin, que horarios tendríamos, que actividades haríamos cada día, normas básicas de convivencia y como iba a funcionar el proyecto en general.

En general fue un día bastante extraño ya que tienes que convivir con gente que no conoces, que no sabes muy bien cuál es su manera de ser o cuáles son sus costumbres.

Después de la cena siguieron llegando compañeros a la pensión0, mientras los que ya estábamos allí, poco a poco nos fuimos presentando los unos a los otros, conociéndonos y comprendiéndonos, ya que a veces el idioma puede ser una barrera.

Los primeros días, ciertamente, se nos antojaron curiosos. Conocerse unos a otros puede suponer una ardua tarea: nombres y apellidos de todo el mundo a recordar, distintos niveles de inglés, formas de ser… Pero todo puede ser solventado, y nosotros lo hicimos hablando en un idioma que todos conociésemos (y que no es el dinero) sino una suerte de ice-breakers, actividades para conocernos unos a otros, que fomentaban la cooperación y relación.

Más pronto que tarde entablamos amistad y buenos lazos con casi todo el proyecto en sí. Comprendimos que, más que nuestros amigos, ellos se convertirían en una gran familia con la que compartiríamos todo durante la duración del proyecto. Fue fácil olvidar la nacionalidad de ninguno de ellos, o su idioma nativo: allí todos hablábamos inglés y compartíamos la misma ciudad.

Las cartas jugaron un papel muy importante. Compartimos nuestro afán por ellas con el resto de invitados y acabábamos haciendo verdaderas partidas profesionales con una mezcolanza de juegos más internacional que otra cosa.

Las actividades que realizamos fueron de lo más variopintas. Aprendimos a reciclar de forma útil, a crear distintos enseres sin instrucciones, a ilustrar presentaciones con nuestros propios dibujos e incluso a fundar una empresa desde cero.

Especialmente destaca el día en el que hicimos una Gymkana. Nos tocó correr por todo Dolny, haciendo fotos a mil cosas y todo tipo de actividades (incluso bailar la macarena en un puente colgante). Pero no sólo quedó ahí. Hubimos de desplazarnos en bus hasta un castillo situado a una media hora, que nos enamoró.

La visita fue espectacular. Estaba situado en la cima de una montaña y se alzaba imponente coronándola. Descubrimos que ciertas películas, como Nosferatu, habían sido allí grabadas y que guardaban una amplia colección de presas de caza disecadas, mobiliario de la época y recreaciones de lo que no quedaba.

Los últimos días realizamos diferentes evaluaciones de los aprendizajes, del proyecto, de la organización…

Este proyecto nos ha servido para mejorar como personas, conocer nuevas formas de vida, nuevos puntos de vista, diferentes formas de pensar, conocer otras culturas y mejorar muchos aspectos personales.

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Si te interesa conocer más sobre las actividades de Erasmus+ nos puedes escribir a info@intercambia.org
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