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EXPERIENCIA EN ESLOVENIA

Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un INTERCAMBIO  del programa ERASMUS+ en Eslovenia.

Eslovenia no es un país que nos hubiésemos planteado alguna vez visitar de manera turística, y quizás no había mejor manera para conocerla que con un intercambio como este. 

Llegamos a Idrija después unas cuantas dificultades (vuelos retrasados, bus (o transfer) se perdió un par de veces, no pudimos comer…), un pueblo que les parecía gracioso y random hasta a los propios eslovenos. Pero en cuanto llegamos, el paisaje y la gente no pudo ser mejor. Incluso la comida

(nos recibieron con pizza, cerveza y vino) y en el mismo primer día al llegar ya nos conocíamos casi todos.

Sobre las actividades todas eran súper interactivas y muy bien organizadas, orientadas a hablar todos con todos sobre la democracia y política para conocer cada perspectiva y experiencia. Tuvimos mucha suerte porque además de polacos, húngaros, serbios y portugueses, también conocimos estudiantes de intercambio que eran de Pakistán, India y Egipto, lo cual hacía las noches interculturales más interesantes. Esto nos servía para empaparnos cultural, musical y lingüísticamente, además de abrirnos la mente. Nuestra noche intercultural fue genial: enseñamos flamenquito (con guitarra española por parte de un muchacho

español que estaba de voluntariado a parte incluida), hicimos tortilla de patatas y sangría y preguntas sobre cultura general de España.

El alojamiento era el único Hostal del pueblo, que estaba en medio de unas montañas rodeadas de nubes. Además visitamos las minas de mercurio que

había en el pueblo y nos llevaron a la capital Ljubljana. Allí el primer día nos nevó y no pudimos ver gran cosa, pero afortunadamente nos quedamos un par de días más y pudimos disfrutar la capital con mucho más tiempo.

La capital es muy cosmopolita y con mucha vida. En esos dos últimos días libres estuvimos con un par de amigos que hicimos en el proyecto (uno de ellos el propio coordinador) que nos enseñaron la ciudad, nos acogieron en sus casas y nos llevaron a los mejores bares del lugar. 

El último día decidimos visitar uno de los pueblos más bonitos del país: Bled, coincidiendo además con un sol espléndido, lo cual era sorprendente (vimos las cuatro estaciones del en una sola semana). El pueblo tenía un lago azulísimo y ya de camino se veían el final de los Alpes, siendo aún más espectacular desde Bled, la cual disfrutamos aún más al alquilar bicicletas y tomarnos el típico pastel de allí.

Y tú… ¿Cuándo? 


Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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