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EXPERIENCIA EN ITALIA

Os presentamos la experiencia de los jóvenes que han participado en un INTERCAMBIO del programa Erasmus+ en ITALIA.

Cuando emprendimos nuestro viaje hacia Passignano nuestras expectativas eran
completamente distintas a la sensación que tuvimos al despedirnos de la gran
familia de Buona Terra. Son muchas cosas las que aprendimos a valorar, y que con
certeza perdurarán con el tiempo.

Cuando la mayoría de la gente escucha el nombre de Passignano no sabe
ubicarlo dentro de un mapa, y cierto es que nosotros también tuvimos que
hacerlo. Esta es una de las cosas más interesantes del viaje, el ir a un sitio no tan
turístico que de otra manera nos hubiera sido más difícil conocer. Sitios que,
aunque no tan conocidos, son bonitos y tienen mucha historia que contar. Para
empezar, el hecho de vivir en un entorno distinto al que estamos acostumbrados
fue un shock para algunos, aunque nos adaptamos rápidamente a compartir
habitación (con sus correspondientes conversaciones hasta las tantas), a esperar
turnos para ducharse, ser responsable con el uso del agua, etc. En definitiva, vivir
sin tantos “lujos” a los que estamos habituados, y comprobar que sí es posible.
El hecho de conocer a gente de otras nacionalidades y países implicó el uso
del inglés, en mayor o menor medida, con más o menos nivel, pero el uso al fin y
al cabo. Así es como somos conscientes de lo útil que puede llegar a ser el saber
idiomas, ya que de otra manera hubiera sido más difícil la comunicación y la
comprensión. Queremos destacar lo mucho que unieron los gustos musicales, ya
que por las noches se solía tener un rato libre antes de dormir para poner música
y bailar, y ahí es donde muchas de las amistades se forjaron. Conocer a otras
personas también implica el ser empáticos con las situaciones personales de cada
uno, entender las circunstancias que llevan a cada uno a participar en un proyecto
de este nivel, y en definitiva, a comportarnos de manera un poco más madura
ante situaciones a las que no estamos acostumbrados. Todo esto es de gran
ayuda para que la convivencia de unas cincuenta personas en una casa sea lo más
agradable posible y que, en caso de conflicto, se resuelva de la mejor manera
posible.
Otro de los aspectos a destacar que, sin duda fue uno de los que más
preocupaba al grupo antes de viajar, fue la comida. Aunque en algunas ocasiones
costó acostumbrarse a la comida de allí, es de agradecer que los habitantes de la
granja cocinaran para nosotros con productos locales. También se ofreció una

variedad de alimentos que cada país participante aportó, y el último día fuimos
nosotros mismos los que nos encargamos de preparar la cena (y sí, ¡había pizza!).
También nos inculcaron la costumbre de recoger los platos, vasos y cubiertos tras
haber acabado de comer y lavarlos para así facilitar las tareas.
Por último, destacar el crecimiento personal que en mayor o menor medida
hemos experimentado todos, tanto por la independencia que nos ha brindado el
estar lejos de la familia (para muchos la primera vez en el extranjero) como por
afianzar las amistades entre nosotros como grupo. En definitiva, ha sido un viaje
para recordar por todas las experiencias que nos ha aportado y que perdurarán
en el tiempo.

Albena, Ana, Ángela, Laura, María, Marina B., Marina G., Mónica, Montse y Pablo

 

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Si quieres recibir más información podemos fijar una cita en el Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga (mapa) a través del correo info@intercambia.org

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