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EXPERIENCIA EN RUMANÍA

Os presentamos la experiencia de un grupo de Jóvenes que han participado en un curso de formación del programa ERASMUS+ en RUMANÍA

Comenzamos nuestro viaje dos días antes, visitando la capital rumana, Bucarest. Desde el momento en que aterrizó el avión, nuestro contador de anécdotas comenzó a funcionar. Desde la señora mayor que, sin hablar ni comprender inglés, se convirtió en nuestro ángel de la guarda cuando, a las dos de la mañana, nos dejó en la puerta de nuestro hostal, hasta la experiencia con los taxistas, que no pararían de tomarnos el pelo hasta el penúltimo día.

Tras nuestros primeros pasos en la ciudad, nos dirigimos a las afueras, donde nos esperaban 8 días de formación, diversión y muchas emociones que no habíamos imaginado cuando cruzamos la puerta de la que sería durante ese tiempo nuestra pensión. El primer día estuvo dedicado a conocernos entre nosotros, tarea que no fue nada fácil pero que superamos con éxito. Desde esa primera noche se palpó que todos congeniábamos muy bien. Fue un adelanto de lo que sería el resto del proyecto.

Las sesiones de día las dedicamos a profundizar en el tema de los refugiados, migraciones y asylum seekers, con actividades dinámicas como roleplays, public cafés, photo-voices, entre otras. Todas estas sesiones nos ayudaron a concienciarnos, a aprender cómo otros países afrontan las mismas situaciones y a acercarnos a otras culturas y formas de pensar. Fue tal el nivel de inmersión que conseguimos con las dinámicas que estamos deseando poderlas llevar a cabo en nuestro entorno.

Por otra parte, las noches estuvieron dedicadas a mostrar la cultura de cada país. Comidas, dulces, bebidas, bailes típicos, juegos, etc. El hecho de estar alojados a las afueras de la ciudad hizo que por las noches el grupo permaneciera junto disfrutando de conversaciones que nos hizo conocernos más y unir lazos. A pesar de ello, nos permitimos el lujo de ir todos juntos una noche a Bucarest y de pasar una tarde visitando los lugares más emblemáticos de la capital.  

Aunque, de todo lo que os contamos sobre el proyecto, sin duda, lo mejor ha sido la compañía. El sentimiento de conectar con gente de culturas y lugares distintos, de romper estereotipos y barreras, de despistarte y sentir que dejas una parte de ti en ellos y que te llevas contigo un trocito también. El saber que el mundo es pequeño y que los volverás a ver y a abrazar en cualquier otro lugar.  

Con la nostalgia y la resaca de emociones, tras finalizar el proyecto, nos quedaban dos días más que pasamos en Brasov, una ciudad de cuento, escondida literalmente entre montañas y que desprendía un gran espíritu navideño. Una ciudad que, en su otra cara, nos hizo superarnos a nosotras mismas: sí, hablamos del frío. Máximas de -3 ºC y mínimas de -12 ºC nos acompañaron en nuestra última aventura, donde no dejamos de recordar una y otra vez los momentos vividos gracias a #sayYEStoRefugees.

 

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Y tu… ¿Cuándo?
Si quieres saber más de esta y otras acciones del programa Eramus Plus puedes visitarnos en el Área o escribirnos a info@intercambia.org.

 

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