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EXPERIENCIA EN RUMANIA

Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un CES del programa ERASMUS+ en Rumanía.

Estos dos últimos meses de abril y mayo he podido participar en un proyecto del Cuerpo de
Solidaridad Europeo, trabajando en un pequeño pueblo de Transilvania llamado Nocrich en un centro local de scouts. Ha sido una nueva experiencia para mi en todos los sentidos. Era la primera vez que participaba en un programa de voluntariado, que viajaba sola más allá de

España y por si fuera poco nunca había sido scout. Además, Rumanía era un país que nunca me había llamado la atención del todo y tampoco sabía muy bien con que me iba a encontrar.
Pero de todas formas, sin pensarlo dos veces hice la maleta y me adentré en esta aventura.

El principio siempre es extraño, de repente estás en otro país con gente de todo el mundo que acabas de conocer y hablando inglés. Pero conforme iban pasando las horas iba hablando con mis compañeros más y más hasta el punto de que el segundo día ya tenía la sensación de que los conocía desde hacía un mes. La conexión con la gente fué casi inmediata.

Y hoy en día puedo considerarlos como mi segunda familia.
El lugar me pareció muy acogedor. Es cierto que el pueblo al ser pequeño era muy tranquilo, y lo que más me sorprendió fué que el primer día ya tuvimos que hacer autoestop (por primera vez en mi vida) para ir a la ciudad. Durante toda mi estancia el autoestop fué mi mayor vía de transporte y gracias a eso tuve la oportunidad de conocer gente de todo tipo.
Aunque a veces parecía peligroso, aprendimos a comunicarnos con la gente de ahí, que de vez en cuando nos contaban sus historias. Era una buena oportunidad para ver como es la sociedad local.

El programa en el que he formado parte se llama “Superheroes for nature” y nuestro trabajo
mayoritariamente era crear actividades educativas no-formales para los niños del pueblo. Les enseñamos sobre la importancia de cuidar el planeta reduciendo el consumo de agua, reciclando, cuidando de las plantas… mediante juegos y experimentos. Fué una experiencia increíble estar con todos esos niños y niñas cuya realidad es tan distinta a la mía. Aparte de eso he estado ayudando a mantener el centro en buenas condiciones y también estuve ayudando una vez a la semana a hacer la cerámica que luego íbamos a vender en distintas ferias. He aprendido todo tipo de nuevas habilidades, como la de hacer un fuego para calentar la casa, o cómo hacer que los niños presten atención aún no hablando su mismo idioma, e incluso a cómo utilizar herramientas correctamente, entre muchas otras cosas.

En general ha sido una de las mejores (por no decir la mejor) experiencias de mi vida. He conocido una nueva cultura viajando por toda Rumanía y he hecho amigos de todo el mundo. También he aprendido lo que es ser toda una scout, cosa que nunca me había siquiera planteado. No podría estar más contenta y orgullosa de mi misma por en su momento haber decidido tirarme a la piscina y formar parte de un proyecto solidario, ha merecido completamente la pena. Lo repetiría mil y una veces, y no puedo esperar para terminar mis estudios y volver a formar parte de un proyecto así.

Y tú… ¿Cuándo? 


Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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