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EXPERIENCIA INTERCAMBIO EN ALEMANIA

Las experiencias en relación al proyecto y recuerdos, entre otros, siguen las siguientes líneas: Las fronteras y el papel de la juventud en su impacto fue uno de los temas principales. Todo ello se trató de una forma muy amena y ligera, intercambiando juegos con actividades introspectivas y reflexivas. Concretamente, durante nuestra estancia en Frankfurt (Oder) fuimos intercalando dos tipos diferentes de actividades: los llamados “energizer”, que eran
juegos relacionados con la actividad física para conocer a las personas del intercambio, y con ello conseguir un ambiente más familiar y cómodo para todos los participantes; y otras actividades que la propia entidad alemana catalogó como competencias o “competences”, que eran conocimientos o valores, los cuales se adquirían mediante trabajos en grupo o intercambios de opiniones en relación a temas como por ejemplo el de inmigración.

Además hicimos muchas dinámicas donde el objetivo principal era el conocernos entre nosotros, haciendo juegos para aprendernos los nombres de todos los integrantes y perder la vergüenza entre unos y otros. La propuesta estaba centrada en aspectos experienciales y al mismo tiempo, teníamos un papel activo en todo momento. Gracias a eso, conseguimos crear una piña con el resto de integrantes al mismo tiempo que íbamos
conociendo las historias que acompañaban a cada uno de ellos y ellas. Alemania es un país que merece la pena visitar. Nuestro recuerdo está lleno de bosques y árboles naranjas y amarillas. También la historia que lo rodea, tuvimos la oportunidad de conocer sus lugares más emblemáticos e incluso visitar un campo de
concentración. Durante el intercambio acudimos varias veces al puente que “separa” Alemania de Polonia y, como en la vida misma, nos dimos cuenta que estos conceptos teóricos están más cerca de lo que pensamos.

Las similitudes y diferencias entre los países de
abordar asuntos políticos nos hace pensar en otras formas de hacer, ver y sentir la idea de “comunidad”.
El alojamiento del proyecto se ubicó a las afueras de Frankfurt, concretamente en “Helene Camp” un lugar destinado a realizar campamentos de verano y a residir turistas en vacaciones. El hospedaje estaba repleto de naturaleza, teníamos unas instalaciones magníficas para realizar todo tipo de actividades, tanto deportivas como manuales. Aparte de todo el material que teníamos al alcance de nuestra mano como altavoces, pelotas, material de manualidades, cámaras, guitarra, etc. Esto hizo que pudiésemos realizar hogueras con animadores a destacar como somos los españoles, charlar en las mesas y descubrir que la gastronomía alemana nunca deja de sorprendernos.

Las habitaciones estaban separadas en cuanto a sexo y paises, los chicos dormían en la planta de arriba y las chicas en la de abajo. Todas las habitaciones eran amplias, donde contábamos con armarios con espacio para guardar nuestras pertenencias y con literas de
madera para dormir. Los españoles éramos unos desconocidos entre nosotros, en general no nos
conocíamos. Si es verdad que algunos teníamos una amistad previa con alguno, pero no como
grupo. En general la convivencia fue muy sencilla, nos entendimos rápidamente y conseguimos pasar unos días muy agradables. De hecho, la mayoría sigue en contacto, por lo que podemos afirmar que con este tipo de experiencias realmente se crean amistades.
No podemos cerrar esta experiencia sin resaltar la charla de Vicka, quien nos dio una lección de vida al contarnos sus vivencias con la guerra de Ucrania y Rusia.

Tampoco nuestras charlas durante las cafeterías con sándwiches y arroz con leche. Las noches en las habitaciones, los momentos de mascarillas, el juego del escondite y las personas que hicieron
que esta experiencia fuese increíble. Los abrazos conjuntos, las similitudes entre personas de diferentes países y las sesiones donde romper la barrera del inglés era nuestro día a día. El #yonohevenidoparaesto entre bromas, aún sabiendo que no podíamos haber estado en otro lugar mejor. Nos sentimos unos privilegiados y afortunados porque, tener la oportunidad de vivir
estas experiencias, es un lujo que no todo el mundo tiene la suerte de hacer aunque por suerte somos conscientes de que cada vez llega más lejos. ¡Muchas gracias! A esta organización, a la alemana y a todo lo que hizo que pudiésemos recordar la experiencia tal y como la hacemos. Son cosas que se viven una vez en la vida y ahí estábamos nosotros, viviéndolas como los que más. Y tú… ¿Cuándo? 


Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

Os presentamos la experiencia de un grupo de jóvenes que han participado en un INTERCAMBIO del programa ERASMUS+ en ALEMANIA.

A principios de octubre pasado, la asociación “Intercambia” dio la oportunidad a 10 jóvenes de aprender sobre las fronteras y descubrir el país de Alemania al mismo tiempo.

Las experiencias en relación al proyecto y recuerdos, entre otros, siguen las siguientes líneas: Las fronteras y el papel de la juventud en su impacto fue uno de los temas principales. Todo ello se trató de una forma muy amena y ligera, intercambiando juegos con actividades introspectivas y reflexivas. Concretamente, durante nuestra estancia en Frankfurt (Oder) fuimos intercalando dos tipos diferentes de actividades: los llamados “energizer”, que eran
juegos relacionados con la actividad física para conocer a las personas del intercambio, y con ello conseguir un ambiente más familiar y cómodo para todos los participantes; y otras actividades que la propia entidad alemana catalogó como competencias o “competences”, que eran conocimientos o valores, los cuales se adquirían mediante trabajos en grupo o intercambios de opiniones en relación a temas como por ejemplo el de inmigración.

Además hicimos muchas dinámicas donde el objetivo principal era el conocernos entre nosotros, haciendo juegos para aprendernos los nombres de todos los integrantes y perder la vergüenza entre unos y otros. La propuesta estaba centrada en aspectos experienciales y al mismo tiempo, teníamos un papel activo en todo momento. Gracias a eso, conseguimos crear una piña con el resto de integrantes al mismo tiempo que íbamos
conociendo las historias que acompañaban a cada uno de ellos y ellas. Alemania es un país que merece la pena visitar. Nuestro recuerdo está lleno de bosques y árboles naranjas y amarillas. También la historia que lo rodea, tuvimos la oportunidad de conocer sus lugares más emblemáticos e incluso visitar un campo de
concentración. Durante el intercambio acudimos varias veces al puente que “separa” Alemania de Polonia y, como en la vida misma, nos dimos cuenta que estos conceptos teóricos están más cerca de lo que pensamos.

Las similitudes y diferencias entre los países de
abordar asuntos políticos nos hace pensar en otras formas de hacer, ver y sentir la idea de “comunidad”.
El alojamiento del proyecto se ubicó a las afueras de Frankfurt, concretamente en “Helene Camp” un lugar destinado a realizar campamentos de verano y a residir turistas en vacaciones. El hospedaje estaba repleto de naturaleza, teníamos unas instalaciones magníficas para realizar todo tipo de actividades, tanto deportivas como manuales. Aparte de todo el material que teníamos al alcance de nuestra mano como altavoces, pelotas, material de manualidades, cámaras, guitarra, etc. Esto hizo que pudiésemos realizar hogueras con animadores a destacar como somos los españoles, charlar en las mesas y descubrir que la gastronomía alemana nunca deja de sorprendernos.

Las habitaciones estaban separadas en cuanto a sexo y paises, los chicos dormían en la planta de arriba y las chicas en la de abajo. Todas las habitaciones eran amplias, donde contábamos con armarios con espacio para guardar nuestras pertenencias y con literas de
madera para dormir. Los españoles éramos unos desconocidos entre nosotros, en general no nos
conocíamos. Si es verdad que algunos teníamos una amistad previa con alguno, pero no como
grupo. En general la convivencia fue muy sencilla, nos entendimos rápidamente y conseguimos pasar unos días muy agradables. De hecho, la mayoría sigue en contacto, por lo que podemos afirmar que con este tipo de experiencias realmente se crean amistades.
No podemos cerrar esta experiencia sin resaltar la charla de Vicka, quien nos dio una lección de vida al contarnos sus vivencias con la guerra de Ucrania y Rusia.

Tampoco nuestras charlas durante las cafeterías con sándwiches y arroz con leche. Las noches en las habitaciones, los momentos de mascarillas, el juego del escondite y las personas que hicieron
que esta experiencia fuese increíble. Los abrazos conjuntos, las similitudes entre personas de diferentes países y las sesiones donde romper la barrera del inglés era nuestro día a día. El #yonohevenidoparaesto entre bromas, aún sabiendo que no podíamos haber estado en otro lugar mejor. Nos sentimos unos privilegiados y afortunados porque, tener la oportunidad de vivir
estas experiencias, es un lujo que no todo el mundo tiene la suerte de hacer aunque por suerte somos conscientes de que cada vez llega más lejos. ¡Muchas gracias! A esta organización, a la alemana y a todo lo que hizo que pudiésemos recordar la experiencia tal y como la hacemos. Son cosas que se viven una vez en la vida y ahí estábamos nosotros, viviéndolas como los que más. Y tú… ¿Cuándo? 


Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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