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EXPERIENCIA INTERCAMBIO EN ESPAÑA

Os presentamos la experiencia de DANIEL un jóven que han participado en un INTERCAMBIO del programa ERASMUS+ en ESPAÑA.

Soy Daniel y en julio participé por primera vez en un intercambio juvenil en la zona rural de Tarragona. Así, como primera experiencia me permitía explorar este tipo de proyecto sin aventurarme fuera del país. Conocí la asociación por una charla del instituto y desde el primer momento supe que quería formar parte para salir de mi zona de comfort y descubrir nuevas culturas.

El intercambio estaba orientado a la música tradicional catalana. Si bien es cierto que la música me interesa bastante, nunca había ido a clases y pensé que sería una buena oportunidad para aprender tanto de los profesores como de los otros participantes.  Mi mayor miedo antes de presentarme era no encajar con los demás. Sin embargo, al llegar me sorprendió que todos los participantes eran totalmente dispares. Venían de Turquía, Alemania, Rumanía, Cataluña y Málaga.

Algunos tenían mucha experiencia con la música, el rango de edad era amplio, seguían distintas religiones, algunos formábamos parte de la comunidad LGBT, otros sufrían de ansiedad social… pero todos compartíamos el afán por la música y una mentalidad muy abierta así que encajamos con mucha facilidad por muy distintos que fueramos. Además, desde el primer momento surgió una fuerte amistad entre los españoles que mantenemos a día de hoy, fuera ya del proyecto. Los primeros días los pasamos en una masía cerca de Jesús en la que estuvimos muy cómodos y nos centramos en conocernos entre nosotros. La masía era muy grande, con baños comunes, habitaciones para 6 u 8 personas y un amplio comedor, pero junto con el resto de españoles dormí en una de las tiendas de campaña. Al estar en el campo, era complicado que acudieran músicos a darnos clases, por lo que las actividades consistían en fomentar el espíritu de equipo y la conversación entre nosotros. Aún así, había guitarras en la casa y en los ratos muertos muchos aprovechaban para tocar juntos. 

Más tarde nos quedamos en un teatro en Mora d’Ebre en el que se celebraba un festival de música tradicional. Allí contabamos con menos privacidad porque las duchas eran compartidas y dormíamos todos en colchonetas en el suelo del teatro. Por otro lado, las clases que se ofrecían eran mucho más interesantes y fue donde realmente aprendimos sobre el tema del proyecto.

Mi actividad favorita, sin duda, fue una noche de tormenta en la que salimos por el pueblo con los participantes del festival con nuestros instrumentos.  La experiencia me ha hecho descubrir nuevas facetas tanto mías como de los países participantes. Por mi parte, me ha empujado a abrirme a nuevas experiencias y a perder esos miedos que mencioné anteriormente. Por la parte de los otros países, cada noche celebrábamos una noche cultural con exposiciones y comida tradicional. Yo consideraba que no tenía muchos prejuicios, aunque allí me di cuenta de que aún tengo interiorizadas muchas ideas sobre las culturas extranjeras que no son ciertas. Hubo ciertos aspectos peores que otros, como por ejemplo el poco tiempo libre que teníamos, pero al final eso nos permitió vivir muchas experiencias y aprovechar el tiempo tan limitado del que disponíamos. El proyecto me ha encantado y desde que volví no hago más que mirar otro en el que apuntarme. Y tú… ¿Cuándo?

Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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