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EXPERIENCIA INTERCAMBIO EN ITALIA

Os presentamos la experiencia de SOFIA PEREZ Y SOFIA S dos jóvenes que han participado en un INTERCAMBIO del programa ERASMUS+ en ITALIA.

EXPERIENCIA SOFIA PEREZ La experiencia ha sido muy buena, en este intercambio intercultural con Italia, Portugal y España. Fue realizado en Italia en Lingonchio, un pueblecito en las montañas del Norte del país. Por este motivo he apreciado la naturaleza del entorno con una vistas preciosas, el viaje fue bastante bien aunque con muchos inconvenientes como el retraso del vuelo y las confusiones con los billetes.

Durante nuestra estancia allí fue muy ameno los momentos vividos, especialmente los españoles hicimos mejores migas con los italianos, en especial yo mencionaría mi amistad con Giada, una chica increíble que a día de hoy es mi amiga de correspondencia. Allí jugamos mucho a las cartas, nos ayudamos, aprendimos y nos lo pasamos muy bien. Hubo amores italianos y muchos chismes jajaja. En cuanto a la atención de los organizadores fue muy buena, todas las actividades salieron a tiempo, muy bien organizadas y bastante entretenidas. No hubo actividades rollo, incluso en alguna ocasión  fue convocado alguna persona del exterior, como el hombre de Inglaterra con el que hicimos la reducción de la cadena de producción. El mandala del último día también lo recuerdo como un experiencia muy chula. 

Como no mencionar a nuestro querido compañero Luis que sufrió aquel percance que truncaría a todo el equipo español, sobre todo en los momentos de desplazamientos de un lugar a otro.  Las actividades con los burros y luego la Alameda en el monte fue simplemente irrepetible, aunque la primera noche pasé mucho frío y que la experiencia se alargara tanto no me pareció necesario, pues supuestamente vieron lobos y el baño pues no existía. Así que si solo hubiera durado un día tampoco me hubiera importado, aunque hay que decir que las hogueras nocturnas fueron muy buenas, recuerdo el momento en el que me puse a contar con las portuguesas canciones brasileñas de amor.  Por último, es imprescindible destacar las noches interculturales, que cabe mencionar que la española fue la mejor, aunque los portugueses no se quedaron lejos; fue mejorando la calidad exponencialmente.

La comida fue buena, obviamente comimos pasta y pizza, aunque el último día, se hizo de rogar. Las ensaladas estaban ricas y personalmente me sorprendió que le echaran queso a todo, literalmente le echaron queso a la ensalada y a la sopa. Fascinante. Durante la experiencia se produjo el cumpleaños de María, mi mejor amiga del equipo español. Y le cantamos el cumpleaños feliz, incluso los italianos le prepararon una tarta con un burrito, adjunto foto. Y por cosas del destino como se nos retraso el vuelo pudimos ir a  visitar Milan, cosa que no estaba en el planning pero que nos encantó, por lo menos vimos algo histórico del país. Aunque tuvimos grandes tertulias con los italianos comparando los países y la culturas.

EXPERIENCIA SOFIA S En septiembre los miembros del equipo español formamos parte del proyecto «Less is better», durante el cual viajamos a Italia para reunirnos con los grupos italiano y portugués en el lugar que iba a ser nuestra casa por los siguientes nueve días, «Ostello dei Balocchi».
En primer lugar, pudimos ver dos lados extremadamente distintos del mismo país al poder explorar Milán y un pueblo el mismo día, siendo Milán un lugar lujoso y
moderno, y el pueblo italiano uno lleno de historia, con escasa población e infraestructuras más anticuadas.

Nada más llegar, a pesar de que estábamos cansados tras el largo viaje, dimos un paseo por el pueblo, dándonos cuenta de lo amigables que eran sus habitantes, mayoritariamente ancianos, los cuales siempre nos devolvían el saludo y trataban de saber más sobre nosotros. Los siguientes días, participamos en diversas actividades sobre el medioambiente.
Aprendimos a diferenciar entre las cosas que eran necesarias para nuestra vida diaria y las que solíamos adquirir por deseo propio. Pudimos ver el proceso por el cual tenían que pasar los productos que consumimos diariamente antes de llegar a nosotros, y llegamos a formular diversas ideas que podrían prevenir la contaminación excesiva que había durante el proceso.

Les mostramos a los demás equipos internacionales la situación de nuestro país respecto a las leyes existentes que implementan la protección de nuestro entorno mediante una actuación teatral.
Pensamos en cómo podríamos cambiar nuestros hábitos para tener una forma de vida más ecosostenible, y aprendimos en primera persona cuando, por ejemplo, usábamos el mismo vaso durante toda la estancia para no tener que ensuciar el resto y gastar más agua de la necesaria, o usábamos el mismo plato para la comida principal y el postre, también ahorrando agua en el proceso. Además, durante nuestra subida a la montaña con la ayuda de los burros, pudimos conectar con el animal, formando un vínculo con él durante el trayecto y aprendiendo a tratarlo de la manera correcta, con respeto hacia su ser y paciencia. Al fin y al cabo, habíamos convivido con ellos durante todos esos días, ya que se encontraban en un campo justo al lado del hostel, y cada mañana los escuchábamos y veíamos a través de nuestras ventanas.

También pudimos conectar con la naturaleza durante las noches que pasamos en ella. Aunque fuimos privados de un baño, una cómoda cama y una cocina, disfrutamos de la experiencia, innovando para tratar de obtener la misma comodidad estando fuera. Otro aspecto del intercambio que me gustaría comentar son las noches interculturales, que ocurrieron los primeros tres días después de llegar. Pudimos aprender más sobre culturas ajenas mediante juegos y divertidas presentaciones y probamos sus platos nacionales. En un intercambio, la presencia de ese tipo de actividades me parece lo más importante, ya que ayuda a entender más a las personas que provienen de otros países, y nos ayuda a adquirir nuevos conocimientos.

En cuanto al plano social, el hecho de que las habitaciones fueran internacionales fue una gran ayuda. En mi caso personal, conecté mucho con mis compañeras de cuarto, y fuimos capaces de convivir sin ningún problema a pesar de que éramos cinco, gracias al respeto que había en nuestra relación. En conclusión, fue una experiencia que nos ayudó a aprender más sobre el medioambiente y nuestra relación con la naturaleza, y se la recomendaría a todos los adolescentes que se consideran lo suficientemente abiertos de mente como para poder desconectar de la ciudad y relacionarse con personas completamente
distintas a las que viven en su país por unos días. Y tú… ¿Cuándo? 

Si quieres recibir más información podemos fijar una cita a través del correo info@intercambia.org

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