
Os presentamos la experiencia de Julia de una jóven que han participado en un CES del programa ERASMUS+ en AUSTRIA.
Hola, soy Julia, tengo 23 años. Provengo de un pueblo de Córdoba y tras terminar el grado de trabajo social me vine al Tirol a realizar un voluntariado con personas con diversidad funcional. Ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, para mí es increíble todo lo que he cambiado en tan poco tiempo. Las experiencias más exigentes son las que más te hacer crecer como persona y ser una nueva versión de ti, diferente a la anterior.

Llegué aquí con mucho miedo, con dificultades para entender y hablar el idioma y adaptarme al nuevo contexto, pensando que permanecería un año y al siguiente me volvería a España. Gracias al clima tan solidario que me encontré en mi organización y la red de apoyo con la que contamos los voluntarios (organización coordinadora de voluntarios en el lugar de destino), me conseguí adaptar relativamente pronto y disfrutar mucho de mi experiencia.

Al final he decidido quedarme a vivir por un tiempo más en el Tirol y trabajar en la organización en la que he hecho el voluntariado, Arche Tirol, ya que me ofrecieron trabajo. Es el trabajo de mis sueños y me gusta mucho la forma en la que se gestiona la organización. Entre muchas de las cosas que esta experiencia me ha aportado, una de las que me siento muy orgullosa es que he podido desarrollar mi alemán, de un B1 bajo a un B2 aproximadamente.

Al igual que he mejorado mucho mi inglés, pudiendo mantener conversaciones en ambos idiomas de una forma relativamente fluida. No todo ha sido trabajo, entre medias he viajado mucho por la zona (Austria, Alemania, Italia, Eslovenia y Croacia), he conocido a muchísimas personas de muy distintas nacionalidades, he hecho planes nuevos para mí, he hecho rutas por los Alpes y conocido lagos que se hielan en invierno… Gracias a las redes que crean las organizaciones coordinadoras de voluntariado he podido conocer a muchos voluntarios, no solo del Tirol, sino de toda Austria. En las reuniones organizadas por la agencia austríaca de voluntariado, he obtenido amistades fuera del Tirol que voy a mantener para la posteridad. En esas reuniones, aunque hay algunas actividades que son un poco “rollo”, son una oportunidad magnífica para viajar con los gastos pagados, conocer ciudades nuevas, hacer amigos y pasarlo muy bien.

Aparte de todas las posibilidades que te ofrece el voluntariado de desarrollarte interculturalmente, tienes la oportunidad de sumergirte en la cultura de un país nuevo y diferente, y lo que es importante, conocer a personas locales. Conoces tradiciones, diferentes códigos éticos y otras formas de funcionar, temperamentos distintos, gastronomía, formas de pensar y proceder… En concreto, los Alpes, el enclave geográfico donde he realizado mi voluntariado es impresionante y es uno de los lugares más especiales y bellos que he conocido en mi vida. Conocer y vivir en un clima de alta montaña tampoco es algo que deje indiferente y se aprende mucho sobre la adaptación al mismo.
Obviamente no todo ha sido de color de rosa, he tenido que atravesar situaciones y momentos difíciles. Resolverlas con tus herramientas y otras que obtendrás a partir de ellas, y por otra parte, aprender que puedes pedir ayuda a los demás (red de apoyo informal y formal como son las organizaciones coordinadora y de envío), son circunstancias de la vida que te enseñan y fortalecen.

Todos estos factores de los que he hablado y otros muchos más me han hecho poder crecer y evolucionar, desarrollar mi identidad y saber apreciar muchos aspectos de mi vida en España. Aún cuando decidas volver, no vuelves indiferente de una experiencia así, estas vivencias son hitos de tu vida de los que siempre te acordarás y que seguramente cambiaron muchísimo el rumbo de tu vida. Y tú… ¿Cuándo?
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