Breaking News

SVE EXPERIENCIA EN BULGARIA

miks 021Os presentamos la experiencia de un grupo de Jóvenes que han participado en un SVE del programa ERASMUS+  en BULGARIA

 Zdraveĭte na vsichki!! – ¡¡Hola a todos!!

Hoy, después de un tiempo desde que volví a España y sin haberme querido parar a pensar en ello, he intentado analizar lo que ha sido hasta el momento, uno de los episodios más enriquecedores a nivel personal, social y profesional de mi vida.

¡Soy Vero! Una chica malagueña de 26 años curiosa y apasionada por otras culturas y con ganas de  conocer más sobre el campo social y educativo. Mi EVS se desarrolló con la asociación BALKANKIDS FOUNDATION en Varna, Bulgaria, con una duración de 8 meses (que al final se convirtieron en 10) colaborando en varias instituciones para niños en riesgo de exclusión social.

Desconocida Bulgaria para muchos de los que aquí vivimos. Situada en Los Balcanes, Europa del Este. Marcada por una historia alucinante que sigue viva en cada ciudad, una fuerte cultura llena de tradiciones que la hacen única. Gastronomía de nuevos sabores y música que te invita a disfrutar. Con unos parajes naturales envidiables. Ignorando todo esto, yo, decidí aventurarme a conocer lo desconocido.

Esta experiencia me ha apartado de los prejuicios colectivos y sociales que aquí existen y que ‘maltratan’, en cierto modo, a una Europa del Este tristemente conocida por un par de estereotipos. Desde el mismo instante en que me monté en el avión, comenzaron los ‘Dobre doshli’ (¡Bienvenida!) a raíz de un chico búlgaro, que ilusionado por conocer a una chica que abierta a aprender y sin prejuicios, venía a vivir Bulgaria, me invitó a conocer su ciudad y a su familia, quienes me llevaron a comer mi primera Banitsa, shoptka salata, kufteta, liutenitsa… Y por supuesto, como tantas veces vinieron después, unos chupitos de Rakia. Así comenzaron las caras amigas, dispuestas a compartir su historia y su cultura, haciendo que me sintiese  desde el primer instante como en casa.

Radetski 39 fue mi hogar, un pequeño piso en el centro de Varna, donde Anna (Alemania) y Audrey (Francia), pasaron de ser mis compañeras de piso y proyecto a mis hermanas. Con ellas lo compartí todo, cada experiencia y cada sentimiento de alegría, nostalgia o tristeza, todas las risas y llantos, y por supuesto, todas las ilusiones y metas alcanzadas.

Juntas, nos embarcamos en la aventura de la casa de acogida Nadeshda (Esperanza), un antiguo y mal cuidado edificio de la época comunista donde viven 35 niños de entre 7 a 18 años. Víctimas de una difícil vida con familias desestructuradas. Era fácil apreciar sus carencias y necesidades y era difícil llenar todo ese vacío en tan poco tiempo y con la dificultad del idioma (¡Que finalmente aprendimos!). Pero teníamos dos opciones: 1. Dejar que pasasen los días sin intentarlo ó 2. Llevar a cabo la expresión “Lo difícil se consigue, y lo imposible se intenta”.

Gracias al apoyo de nuestra enérgica, positiva y admirable coordinadora, fue fácil optar por lo segundo, por tanto nos implicamos al máximo y cada pequeño proyecto se convirtió en un reto personal para nosotras.

Durante nuestro paso por Nadeshda, acompañamos a los niños en su día a día, disfrutando de su alegría y celebrando juntos cada logro. Soplamos las velas en cada uno de sus cumpleaños. Elaboramos un sinfín de actividades artísticas, deportivas y educativas por y para ellos. También tuvimos que reñir y enfadarnos muchas veces, incluso sufrimos por algunos de sus comportamientos, pero sin duda alguna, el amor y aprecio mutuo que nos teníamos pesaban mucho más.

camping 382Hicimos algunos eventos benéficos, en una ocasión, a través de un concierto, conseguimos recaudar fondos para llevarnos a los chicos de acampada. Personalmente, convivir durante un fin de semana con ellos, fue para mí la cumbre de esta experiencia. Siempre me sentiré orgullosa de que a pesar de las trabas que nos pusieron desde el orfanato y los servicios sociales, conseguimos hacer esta excursión que tanta ilusión nos hacía a los niños, a mis compañeras y a mí, y que tantísimo disfrutamos.

Me siento afortunada de haber formado parte de un proyecto como este, de haber conocido a los niños de Nadeshda, que me han recordado lo que es un problema y lo que no lo es, que compartir es vivir, que los abrazos son la mejor medicina, y que con una sonrisa todo es más fácil y por eso nunca hay que perderla. Personas enormes en cuerpos de niños que dan lecciones de vida. ¡¡ESOS FUERON Y SON MIS CHICOS!!

godlikePor otro lado, está la comunidad EVS. Nunca piensas que gente tan diferente, pueda llegar a ser tan importante para ti. Amigos de verdad con los que se cumple en mi proyecto uno de los objetivos EVS: Crear lazos tan fuertes que crucen cualquier frontera y unos vínculos tan reales que nos unan más a Europa.

Con ellos, creamos el lema: “Why not?”. Expresión que nos excusaba para aprovechar cualquier oportunidad que se nos presentase, y así, me lancé un millón de veces a la aventura de lo desconocido, sin miedo. Gracias a este pensamiento, he sabido que nada podía salir mal y he sido una valiente. He exprimido cada segundo de este capítulo de mi vida como si no hubiera un mañana, porque no lo había, cada día era diferente y había que preguntarse “Why not?”. Aprendí a ser más segura de mi misma, a tomar decisiones rápidamente, a confiar más en la gente, a decir lo que sentía o pensaba, a hacer el ridículo, a no tener miedo al rechazo ni a que la opinión de la gente repercutiese en mis decisiones. Me he sentido libre y fuerte, me he puesto a prueba, me he llenado de valor y he conseguido lo que me he propuesto. Y así, terminó doliéndome el estómago de reír y la cara de sonreír un millón de veces.

Durante mi EVS viajé alrededor de 14 países, recorrí miles de kilómetros en autostop, montándome en innumerables camiones y coches de gente que añadía más anécdotas a mi historia. He saboreado, olido y vivido decenas de tradiciones diferentes. Nunca he estado tan segura de que lo que estaba haciendo, era, al fin y al cabo, lo que quería hacer en ese preciso momento.

A cualquiera que me pregunte si el EVS ha cambiado de alguna forma mis expectativas o forma de pensar, le diré que sí, que gracias a esta experiencia y a la gente que se cruzó en ella, me siento aún más ansiosa por cooperar, conocer y compartir. Ahora estudio Trabajo Social, porque deseo formarme para poder seguir haciendo lo que allí hice, de una manera más profesional.  El EVS es una gran oportunidad para conocerse a sí mismo, y a los otros, para abrir la mente y descubrir todo lo que este mundo y esta vida nos está ofreciendo. Y es que, quizás no haya nada más bonito que la sensación de que te duele la cara de sonreír de satisfacción. Solo hay que preguntarse: “WHY NOT?” y dejarse llevar…

DSC_0464 ¡¡MIL  GRACIAS A INTERCAMBIA, A PEDRO Y A TODA LA GENTE QUE ME APOYÓ A HACERLO!!

Verónica González, más ciudadana del mundo que nunca.

 

Y tu… ¿Cuándo?
Si quieres saber más de esta y otras acciones del programa ERASMUS+ puedes visitarnos en el Área o escribirnos a info@intercambia.org.

 

 

COMPARTIR

Deja una respuesta