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EXPERIENCIA EN FINLANDIA

Os presentamos la experiencia de uno de nuestros voluntarios europeos Pedro Rivilla que ha participado en un SVE del programa ERASMUS+ en FINLANDIA.

En febrero, hace justo un año cogí un avión que me iba a llevar a miles de kilómetros desde mi hogar y hoy mismo no me lo pensaría dos veces volver a coger ese mismo avión, si pudiera repetir de nuevo esta experiencia Única.

Ahora, unos meses después de mi vuelta lo veo lejano y a la vez cercano. Cercano porque en la cuasi totalidad de los días recuerdo a alguna persona con las que he coincidido y por supuesto de otras con las que he creado relaciones de amistad y que estoy seguro que las volveré a ver.

Y todo comenzó gracias a la gran familia que forma INTERCAMBIA, en una sesión de preparación sobre voluntariado europeo, ahí me imaginé por primera vez pisando suelo finés. Finlandia me esperaba.

Y ahora tengo un trocito de Finlandia dentro de mí, y quién me diría a mí que a día de hoy puedo hacer el amago de tener una conversación extremadamente básica en finés. Vaya idioma tan diferente de cualquiera. Pero eso si, ahora puedo defenderme de forma activa en casi cualquier contexto en la lengua de la reina Isabel II. Maldito inglés, fue una, que no la única, de las razones por la que decidí aventurarme al mundo del voluntariado europeo.

¡Cuánto echo de menos mi vida en Finlandia!

Sería imposible plasmar en palabras en resumen de mi servicio de voluntariado europeo, porque son tantas las sensaciones que me resultaría imposible escribirlas, porque es tanto lo que han visto mis ojos, gustos que ha probado mi paladar  y son tantas las huellas especiales que han dejado mis pies. Desde caminar sobre el Mar Báltico congelado, en una fría noche helada, creo recordar unos 17º negativos; o aprender a jugar a hockey sobre hielo, lo malo de este deporte que ahora no conozco a ninguna persona que lo practique; o probar el dulce típico finlandés “Mämmi” y no podía no mencionar la sauna, os aconsejo probar la sensación de pasar del calor a nadar en aguas heladas para después volver a entrar a la acogedora sauna finlandesa.

Luego está el viajar… Esa sensación de libertad que tienes al estar fuera de tu hogar conociendo nuevas gentes, nuevos sitios, nuevos bares, nuevas ciudades. Aproveché para conocer la región porque no todos los días se está de un lugar lejano para nosotros a tan cercano es aquel momento. Debería ser obligatorio viajar para todas las personas, al menos lo es necesario para mí.

Para mi hay un antes y un después del EVS (European Voluntary Service) . He crecido en muchos aspectos, me he conocido mejor, he conocido a personas maravillosas y será un recuerdo que me acompañe durante toda mi vida, un bonito y fructífero momento en mi vida.

Así que si pudiera volver a coger un avión con destino a realizar un SVE ni lo pensaría dos veces. Lástima que sólo se pueda hacer uno en la vida…

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Y tu… ¿Cuándo?
Si quieres recibir más información podemos fijar una cita en el Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga (mapa) a través del correo info@intercambia.org

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